Mostrando entradas con la etiqueta viaje. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta viaje. Mostrar todas las entradas

miércoles, 31 de octubre de 2012

Cuaderno de Bitácora - 27 de octubre

¡Ohayo Gozaimasu! Un nuevo día despunta en mi epopeya, y además el primer sábado que estoy aquí, algo tendremos que hacer... Miramos la hora y vemos que es bastante tarde (dejémoslo en que es antes de la hora de la comida española -aquí se suele comer a partir de las 12h, en España a partir de las 14h). Nos desperezamos, desayunamos, nos cubrimos las vergüenzas con cualquier piel de mamut que encontramos por aquí tirada y a la calle. Nos montamos en nuestras "burras" y vamos a un sitio que dice Sergio que me va a gustar.

Mi Chari!!
Paramos en la puerta de una tienda, entramos y... ¡TACHÁN! Videojuegos y manga por todos los lados. Frikadas everywhere. Juegos desde la época de la PSOne hasta los más nuevos, de todas las consolas que existieron en ese intervalo de fechas, y como no podía ser de otra manera, con juegos rarísimos. Películas, música, muchísimo manga y anime (que tengo que decir que las portadas de los tomos que yo conozco, son iguales en España que aquí). Hago un acto de valentía, me reprimo y nos vamos sin gastar dinero.

Nuestro itinerario nos hace pasar por la sección de hyaku en de una tienda más grande para buscar moldes de repostería para los postres que tiene que preparar Sergio para Zapata, e ir para allá a practicar su arte y de paso, más clases de español (soy la sorpresa para todos sus alumnos), pero al poco de arrancar el hambre aprieta y no queremos demorarnos mucho, así que al pasar por el McDonalds nuestras tripas piden parar urgentemente. Se que no es muy tradicional, pero cuando el hambre llama, alguien debe responder... Pillamos un par de "galletas" normales y una de pollo por 100 yenes cada una (las "galletas" con queso son mas caras, malditos japos...).

sábado, 27 de octubre de 2012

Cuaderno de Bitácora - 25 de octubre

Son las 9:20h (2:20h en Supein), salgo por la puerta de llegadas internacionales del aeropuerto de Nagoya y... ¿Dónde está Sergio? ¿¡DÓNDE ESTÁS!? Doy una vuelta por las cercanías y nada. Conecto la wifi para llamarle y me llega un mensaje: "Vente en tren hasta la estación de Nagoya, que es línea directa y no tiene pérdida, a parte de que son 1200 yenes por trayecto. Te espero en la plaza que hay en la salida, no tiene pérdida" ¡Pues nada, al lío!

Voy caminito del cartel que indica la estación de tren, pero según voy a llegar a las taquillas, un hombre me da el alto y me dice: ¡Police! Y yo alucinando... se que se me nota que soy un gaijin (extranjero), pero que no me ha dado tiempo a liarla, dadme un poco de cuartelillo... Por suerte, solo era para darme unas indicaciones sobre mi visita, preguntas sobre lo que voy a hacer, y un panfletito con mas consejos. Pasado esto, me deja continuar y yo me quedo con cara de poker. Cómo todo sea igual, me esperan muchas sorpresas.

Alrededores próximos del aeropuerto de Nagoya
Llego a la taquilla, compro el billete a Nagoya, y voy a mi tren. Me confundo de vagón y un revisor me muestra cual es mi sitio, aproximadamente me he equivocado en 3 vagones... nada de nada. Arrancamos y esto ya es otra cosa, estamos fuera del aeropuerto, ahora sí empieza realmente la chicha, ya estamos en todo el meollo. Veremos que nos depara el mundo aquí fuera.




jueves, 25 de octubre de 2012

Cuaderno de Bitácora - 24 de octubre

Fecha estelar: Miércoles 24 de octubre de 2012. Día en el que se empieza a cumplir un sueño


Camino a Barajas a las 8:00
Tras dos días en los que he dormido mas bien poco (y no por los nervios, ya que mientras escribo esto en el cuaderno a más de 5h de distancia de Nagoya, todavía sigo sin hacerme a la idea de lo que estoy haciendo), llegan las 7 de la mañana. Toca ponerse en marcha. Duchita, desayuno y caminito de Barajas. Tras unas pocas retenciones de rigor en la M40, llegamos a la T4, sacamos las maletas y ponemos rumbo a facturación. Son las 8:40 y el mostrador está vacío.

Mandamos las maletas "pa'dentro" y me voy con mi padre a volver a llenar el buche para hacer tiempo, y así de paso me despido de los que todavía me estáis hablando y os estáis despidiendo a estas horas (vale que me voy a la otra punta del mundo, pero parece que no me vais a volver a ver en la vida, y tranquilos que no caerá esa breva). Llegan las 9:30 y me dirijo al embarque. Cuando llego al avión está prácticamente lleno, y eso que hasta las 10:15 no salimos, quedan 4h de viaje por delante.

Crónica de un Viaje Anunciado

¡Y por fin llegó el día! Tras una larga espera de más de tres meses desde que compré el billete (y alrededor de 13 años desde que se me metió entre ceja y ceja realizar este vuelo), en los que sucedieron infinidad de cosas de cosas, el día señalado en rojo en el calendario hizo su aparición sin mucho ruido.

Sinceramente, ha sido más la gente a mi alrededor que yo mismo, los que han estado recordándome el viaje sin cesar, sobre todo en estos últimos días. Por mi parte, y con la mayor sinceridad que me permite este momento, os puedo asegurar que no he llegado ni a mentalizarme ni tampoco a estar nervioso hasta que he aterrizado en Nagoya, en ningún momento he sido consciente realmente de lo que estaba realizando.